Consejería para mujeres en situaciones de violencia.

¿Qué es la consejería?

La consejería es un espacio donde puede encontrar, en un ambiente de seguridad y confianza, asesoría, orientación y apoyo ante situaciones de violencia que le estén afectando.

Se trata de ayudar a la mujer a identificar sus capacidades y fortalezas y a propiciar el esclarecimiento de pensamientos y emociones, para que se encuentre en mejores condiciones de lograr una posible solución al problema.

¿Qué le ofrece la consejería?

  • Información: sobre las violencias hacia las mujeres, la importancia de percibirla y de conocer los factores que influyen en la capacidad personal y familiar para afrontar las conductas violentas.
  • Herramientas:que faciliten el desarrollo de nuevos estilos de afrontamiento, habilidades sociales y búsqueda de soluciones ante circunstancias violentas.
  • Orientación: sobre sus posibilidades y derechos, para que la mujer defina los pasos a seguir en su situación específica.

¿Cuándo acudir a consejería?

– Si percibe  que una relación afecta su capacidad de decidir sobre sus  actos u otras cuestiones de la vida cotidiana, proyectos personales o profesionales.

– Si experimenta malestares o síntomas asociados a la manera de relacionarse con su pareja o con cualquier persona.

-Cuando una situación le limite sus derechos individuales y dañe su  bienestar general.

¿Conoce  las diferentes formas de violencia contra las mujeres?

 Violencia psicológica: Destinada a despojar a la mujer de una adecuada  autoestima, quebrantando la seguridad y la confianza en sí misma. Se puede manifestar de diversas formas:

  • Pronunciar gritos, insultos, amenazas, críticas injustificadas, devaluaciones, prohibiciones.
  • Ridiculizar a la mujer, ignorarla, chantajearla, manifestar gestos de rechazo, miradas agresivas, celos.
  • Destruir o romper objetos, crear desorden o ensuciar a propósito, invadir la casa con elementos que atemorizan a la mujer (material pornográfico en contra de su voluntad, armas de fuego u otras).
  • Controlar sus relaciones con la familia, las amistades, los/as compañeros/as de trabajo o con otras personas.
  • Divulgar información personal de la mujer sin su consentimiento, distorsionar lo que se comunica.
  • Manipular sus afectos, realizar chantajes emocionales.

 

 “Lo denuncié, pero se puso tan mal que me dio mucha culpa y lo seguí viendo para apoyarlo. Me convenció que retirara la denuncia… después me di cuenta del chantaje.”

 

Violencia física: Cuando una mujer recibe golpes o bofetadas, empujones, apretones, tirones de pelo, mordiscos, torceduras de brazos, patadas, cuchilladas, machetazos, disparos, quemaduras o muerte. Se trata de cualquier acción que pueda provocar daño físico y de su autoestima, con lesiones visibles o no.

 

Violencia sexual: obliga a  cualquier tipo de contacto sexual contra su voluntad, o participación en actividades sexuales con las que no está de acuerdo: violación en el matrimonio, acoso sexual, relaciones emocionales sexualizadas, caricias no deseadas, exposición obligatoria a material pornográfico. Puede involucrar fuerza física o no, en ocasiones la violencia sexual es impuesta mediante la coacción, la intimidación, la seducción o el engaño.

 

Violencia económica: control económico mediante  la fiscalización de lo que recibe la mujer, desamparo económico, destrucción de bienes personales o del hogar, o cualquier acción que afecte la supervivencia y el bienestar de la mujer y de sus hijos/as.

Es importante aprender a detectar las micro-violencias, formas sutiles de violencia igualmente dañinas y denigrantes:

 Son pequeños, casi imperceptibles controles y abusos de poder sobre las mujeres, generalmente normalizados y aceptados, porque tienen que ver con la forma de comportamiento que se les enseñó a los hombres (poderosos, fuertes, proveedores, impulsivos) y a las mujeres (suaves, mediadoras, tolerantes, comprensivas). Son maniobras que, sin ser muy notables, violentan insidiosa y reiteradamente el poder personal, la autonomía y el bienestar de las mujeres.

Pueden manifestarse en todo tipo de relaciones humanas y en todo tipo de parejas.

Se muestran como comportamientos cotidianos que, generalmente no se identifican como violentos porque tienen una apariencia “natural, sin mala intención, en nombre del amor o de proteger a la pareja”. Algunos ejemplos de estas formas de violencia contra las mujeres son:

  • Tomar decisiones por la mujer
  • Realizar críticas relacionadas con sus supuestas limitaciones “por el hecho de ser mujer”.
  • Cuestionar o controlar sus tiempos, sus actividades o sus relaciones.

 

“Me acompañaba a todas partes, me resolvía todo y me decía: “tú eres solo mía”, “yo sin ti no puedo vivir”. Al principio me parecía romántico y gracioso, después, era asfixiante.”

 

  • Someter a las mujeres a la sobrecarga doméstica por la falsa creencia de que ellas son las únicas responsables de estos roles.
  • Considerarlas iguales e independientes, cuando lo que ha sucedido es que las mujeres han sumado a sus “obligaciones domésticas” otras como trabajadoras, profesionales, dirigentes, etc., aumentando así la sobrecarga de trabajo.

 

Tenía muchas responsabilidades  y él me decía que no le dedicaba tiempo…, que era muy lenta…, era tan bueno que me sentía mal por eso. Más tarde comprendí que era el dueño de mi tiempo.”

  

¿Dónde puede encontrarnos?

 Institución que ofrece la consejería: Centro Oscar Arnulfo Romero

Dirección: Vista Alegre no. 66 e/ Párraga y Poey, Municipio10 de Octubre

Solicitud de atención: al teléfono 7648-1521 o a la Dra. Ivon Ernand Thames al correo ivon.et@oar.co.cu

Horario de atención: Jueves 9:00am -4:00pm

“Vivir sin violencia es un derecho, actúa, pongamos fin a la Violencia hacia la Mujer”

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