San Romero en Cuba

“El pensamiento del beato Oscar Arnulfo Romero, quien será canonizado prontamente, mantiene una vigencia tremenda. Hay muchas problemáticas y temáticas neurálgicas en nuestro contexto cubano y “nuestroamericano”, cuyos sentidos encuentran eco, reflejo, meditación y reflexión en el legado de ideas de Monseñor.

Tomemos por ejemplo su homilía del 9 de diciembre de 1979, donde hizo referencia a la necesidad de que las mujeres tuvieran una participación política y social desde una postura crítica, y advierte que su voz no se preste a ser instrumentalizada por un poder patriarcal y kiriarcal que egoísta al fin, solo quiere satisfacer necesidades, agendas personales, exclusivas y esencialmente su ego.

Literalmente dijo: “Que la mujer sea crítica para analizar en qué tiene que participar y en qué no. La mujer salvadoreña ha sido siempre una mujer muy digna. Ojalá que haga honor a su tradición y no se deje manipular, sobre todo cuando es contra su voluntad”….Daylíns Rufín Pardo. Biblista. Área de Articulación Ecuménica del Centro Oscar A. Romero

“Por tanto cabe la pregunta hoy ¿De qué lado seguiremos trabajando y apostando? Hay que hacer la opción, que en Mons. Romero fue clarísima. Es preferible equivocarse con el pueblo que “acertar” en la defensa y el goce de privilegios con los ricos, o ser cómplices de su sufrimiento con el silencio. “Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar” dice José Martí.

Hoy parafraseando a Romero me atrevo a decir: Es preferible equivocarse con el pueblo cubano, con sus aciertos y desaciertos, que seguir los cantos de sirenas de un sistema neoliberal que oprime y elimina todo lo que está a su paso”…Luis Carlos Marrero. Teólogo. Área de Articulación Ecuménica del Centro Oscar A. Romero

“Que el Vaticano lo haga Santo puede tender a que se pierda, o se diluya, en el mar de los manejos mediáticos o en la “neutralidad” de un catolicismo acrítico, la verdadera dimensión de Monseñor Romero y su martirologio.

Romero pertenece al pueblo que lo santificó mucho antes que lo hiciera la iglesia oficial, Romero ya no es sólo de los salvadoreños es de toda mujer y hombre que siente la necesidad de luchar por la justicia y la equidad.

No podemos dejar que se pierda el motivo por el que fue asesinado, porque hay radica la dimensión real de su martirio y su legado como obispo comprometido con una justicia plena y de estar y sentir con las víctimas de la exclusión socio-económica y de los abusos de poder”… Gabriel Coderch. Director del Centro Oscar A. Romero.

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