El cambio está en marcha

Por: Indira Ferrer Alonso

Hay que limpiarse la mirada de estereotipos para entender a Liset Mailén, una joven que ejerce el Derecho y de verla, cualquiera percibe que por naturaleza disfruta romper esquemas, ella tiene todo menos la imagen que muchos esperarían encontrar en una letrada. Imbert Milán son los apellidos de la asesora jurídica del Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR) de La Habana, una institución que encabeza desde hace algunos años la lucha cubana por la no violencia hacia las mujeres y las niñas. Quisimos aprovechar su presencia en Santiago de Cuba, para conocer sus puntos de vista sobre la protección de las féminas frente a la violencia de género; sobre todo porque es una de las pocas juristas del país que trabaja en un servicio de Consejería a mujeres en situación de violencia.

¿En qué medida la mujer cubana es protegida por la ley frente a la violencia?

Pienso que estamos en un momento superior, si tenemos en cuenta que hay varios artículos en la Constitución que explicitan  la voluntad política en función de no permitir la violencia hacia las mujeres y las niñas en ninguno de los ámbitos; de propiciar el pleno desarrollo de la mujer en todos los sentidos de la vida y, por tanto, la prohibición de discriminación, de lesiones, de vulneraciones de los derechos de estas. Esto traerá como consecuencia un conjunto de modificaciones legislativas, de creación de sinergias, de equipos que permitan obedecer, implementar y complementar todo lo refrendado el 24 de febrero último.

Sin distinguir géneros, los recursos legales para proteger al ser humano de la violencia en Cuba son muchos. En la Constitución de 1976 se prohibía la desigualdad, la discriminación y se hablaba del apego a la legalidad socialista.

Y en ese sentido hay un grupo de delitos como el de lesiones, amenazas y los relacionados con el menoscabo del ejercicio pleno de nuestra sexualidad, que están evidentemente proscritos y sancionados por la ley. Creo que los juristas tenemos el reto de interpretar las normas que tenemos en función de las personas. Estamos hablando ahora mismo de mujeres pero creo que todos y todas podemos ser víctima de violencia; y mecanismos y recursos legales para enfrentar la violencia hay muchos. Es solamente trabajar mancomunadamente en función de la debida protección de las víctimas.

Las Consejerías son una experiencia que OAR está tratando de multiplicar…

Sí. En este año se desarrolla la Campaña cubana por la no violencia hacia las mujeres y las niñas “Evoluciona 2019” en Santiago de Cuba; y especialistas del Centro OAR estamos contribuyendo a crear capacidades -no solo aquí sino en el resto de las provincias orientales- para enfrentar este problema social con profesionales más preparados y sensibilizados con este tema.

Recientemente, impartimos un taller sobre atención a mujeres en situaciones de violencia, a fin de crear consejerías en las cuales  médicos, psicólogos y juristas puedan acompañar a las féminas violentadas y ayudarles a salir del ciclo de la violencia.

Pero no es solo capacitarlos, es mostrarles ese toque subjetivo y emocional que se necesita para hablar de estos temas. Estamos creando grupos de trabajo para lograr un buen resultado en este territorio.

Tú formas parte de una Consejería a mujeres en situación de violencia. Eso no existe en las provincias orientales, por ejemplo… ¿Cuánto crees que puede aportar el jurista en este acompañamiento a las víctimas de violencia?

Sin ánimos de ser egocéntrica, yo creo que el jurista es piedra angular en el proceso porque tiene la obligación de ilustrarle a la mujer primero el camino a seguir, el proceso a seguir ya sea administrativo, laboral penal, civil… también colabora en su empoderamiento, la informa de los derechos que tiene y de los derechos que han sido vulnerados.

Y yo creo que el hecho de que estemos de la mano juristas, psicólogos y trabajadores sociales permite la no re-victimización de la víctima porque cuenta su triste historia una sola vez (a todos los que pueden ofrecerle ayuda especializada). Yo creo que eso es uno de los aportes de esta Consejería, estamos trabajando en equipo y nuestra meta es la rehabilitación y el empoderamiento de la víctima, y después veremos el caso.

Esta reportera estuvo presente durante una de las conferencias que impartió la jurista a profesionales de diferentes perfiles acerca del asesoramiento jurídico a las víctimas de violencia. Y escuchar experiencias de mujeres aterrorizadas por intentos de asesinato a ellas y a sus hijos, golpizas y amenazas, que han logrado salir de relaciones destructivas gracias al apoyo de las Consejerías fue realmente alentador.

Después de intercambiar con varias profesionales de OAR que como Liset, asumen -además de sus funciones laborales- la responsabilidad de trabajar en la Consejería, una se queda pensando que los patrones patriarcales y machistas no son tan inamovibles, que la violencia no tiene porqué ser un mal eterno… que el cambio es posible y ya está en marcha. 

Tomado del periódico Sierra Maestra: http://www.sierramaestra.cu/index.php/titulares/24646-el-cambio-esta-en-marcha

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