Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR) 35 años de acompañamiento ecuménico y social

Por: Rafael Barrera Yanes

 

Desde 1959, con la Revolución triunfante del primero de enero, la sociedad  cubana comenzó a transitar el camino anhelado de la justicia social. Contra viento y marea, a pesar de las agresiones y el establecimiento de un bloqueo genocida por parte de los Estados Unidos de América, con sus luces y sombras, sus éxitos y tropiezos, sus aciertos y desaciertos, se ha mantenido la voluntad política de preservar los niveles alcanzados en el desarrollo social y continuar apostando por el socialismo.

 

En este bregar, cristianas y cristianos, en su mayoría provenientes de la Iglesia católica cubana, tuvieron la iniciativa de crear en La Habana, en mayo de 1984, el Grupo de Reflexión y Solidaridad  Óscar Arnulfo Romero (OAR), que como otros grupos o comités Romero en diferentes países, tuvo como propósito inicial  denunciar la violencia en la región centroamericana que involucraba principalmente a El Salvador, Guatemala y Nicaragua, así como acompañar solidariamente a las víctimas de esos conflictos. Una dimensión fundamental fue incentivar la participación consciente desde la propia identidad cristiana de sus integrantes en el proyecto social cubano. A este fin se abrieron espacios de reflexión y debate con temas sociales o del ámbito religioso.

 

En más de treinta años de funcionamiento, el Grupo evolucionó tanto en su membresía como en sus objetivos.  La práctica social hizo a la organización más inclusiva, sin limitaciones en cuanto a credo religioso, condición de género, o cualquier otra discriminación. Un paso decisivo fue dedicarse al trabajo por la no violencia hacia las mujeres. La ampliación a la no violencia de género y a la equidad social en todas sus dimensiones conforma el principal quehacer de OAR en la sociedad cubana.  Para lograr estos propósitos se desarrolló el trabajo comunitario en diferentes lugares del país, con presencia en casi todas las provincias.  En lo metodológico, se adoptó desde el comienzo la educación popular

 

En 2015, el Grupo se constituyó como Centro Óscar Arnulfo Romero (OAR). Inspirado en el ejemplo del obispo salvadoreño continúa la labor desarrollada hasta entonces, pero con una estructura institucional más sólida y dinámica.

 

En su proyección profética, OAR se une solidariamente a otras organizaciones dentro y fuera de Cuba en la denuncia de injusticias sociales, violación de derechos humanos, agresiones y actos de violencia dondequiera que ocurran. Junto con el pueblo cubano exige el cese del bloqueo estadounidense contra Cuba y la devolución del territorio ocupado por la base naval de Caimanera en la provincia de Guantánamo. Aboga por el establecimiento de relaciones normales entre Estados Unidos y Cuba, así como defiende las causas justas en toda la región.

 

Una espiritualidad liberadora, con una práctica ecuménica y relaciones interreligiosas amplias, forma parte de los principios en que se asienta el actuar de OAR.

 

Con seguridad muchas personas en Cuba desconocen quien fue monseñor Romero, obispo de un país pequeño, EL Salvador, pero con certeza la acción profética de san Romero de América, un santo gigante, se hace presente en la sociedad cubana.

 

Este 15 de mayo, el Centro Oscar Arnulfo Romero –perteneciente a la membresía del Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los pueblos de América Latina (SICSAL) y del Consejo de Iglesias de Cuba (CIC)- llega a sus 35 años celebrando la vida y el caminar hasta aquí. Celebrando los sentidos y los valores espirituales, humanistas y solidarios legados por el Santo Romero. Larga vida a esta organización de inspiración de cristiana  que se empeña en contribuir, cada día, a una sociedad más justa, equitativa, plural, inclusiva y sin violencias.

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