Con el objetivo de reflexionar temas relacionados con religión, poder, hegemonía e inequidades sociales, sesionó el Panel de la Articulación Interreligiosa “Manos con amor”, en el contexto del IX Encuentro Internacional de Estudios Sociorreligiosos, organizado por el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS).
En la sala Alberto Pedro, perteneciente a la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, coincidieron especialistas, estudiosos y practicantes de diversas religiones, para intercambiar experiencias y vivencias desde su fe sobre el diálogo interreligioso, así como compartir algunas alertas ante el auge de los fundamentalismos religiosos en nuestro país.
La pastora y biblista Daylíns Rufin Pardo, especialista del área Articulación Ecuménica, Fe y Sociedad, del Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR) y coordinadora del Panel, expresó que la intención es hablar sobre nuestra experiencia y hacernos la pregunta de hasta qué punto desde nuestras prácticas estamos viendo elementos que rozan o pueden rozar con las prácticas fundamentalistas que se están encarnando en la Isla.
En ese sentido, el primero de los panelistas, Tomás de Jesús Pérez Silva, practicante de Espiritismo Cruzado, trató el tema de Fundamentalismo religioso y espiritismo. Coordenadas socio-culturales para su estudio. Al respecto, se refirió al origen de esta práctica religiosa que nace de una génesis cultural en Europa, y que dio –a su vez- surgimiento a expresiones religiosas nuevas.
Para entender al Espiritismo Cruzado, agregó Pérez Silva, no podemos obviar la cultura y el concepto de transculturación y cuando se profundiza en su estudio, nos damos cuenta que se evidencian algunas actitudes del fundamentalismo religioso hacia este tipo de práctica, como por ejemplo, cuando se pretende degradar nuestra obra. De ahí que nuestra apuesta desde Manos con amor sea el diálogo desde una cultura de paz, pero también desde el respeto a nuestras diferencias, nuestros contrastes.
Por otra parte, Yurisán Espinosa Cano, presbítero de la Iglesia Gnóstica Nacional cubana, centró su intervención en los ejes del Gnoticismo, fundamentalismo y macroecomunismo. Los fundamentalistas religiosos, sostuvo, se caracterizan por no reconocer ninguna otra práctica a no ser la que ellos profesan. Sin embargo, la Iglesia Gnóstica moderna reconoce a todas las tradiciones religiosas; tiene características eclécticas; no cree en un final de la revelación en un pasado histórico y abre sus puertas a religiones excluidas por siglos. Entre sus propósitos figura el tratar de recatar o restaurar tradiciones culturales cubanas.
“Mi apuesta es hacia una espiritualidad del diálogo interreligioso que tiene que ver con una actitud no fundamentalista ante el análisis de la realidad. Actitudes fundamentalistas que no se pueden permitir desde el propio diálogo”, acuñó.
Uno de los rostros del fundamentalismo tiene que ver con los roles de género. En ese sentido, es la experiencia personal que presentó Yanelys Martínez Parra, líder laica de la Iglesia Adventista del 7mo Día, quien indicó que ser mujer en el contexto de su fe es complejo y “aspirar a ser pastora es, según muchos, algo a lo que no tengo derecho. La razón es el solo hecho de ser mujer”.
Explicó además que todo análisis de cuestiones de género siempre se ha enmarcado en la concreción de las relaciones de poder. En el caso del fundamentalismo religioso, en particular del cristiano, se potencia la dominación simbólica de la dominación.
Por ejemplo, sostuvo, en la práctica adventista, los textos proféticos se entienden como simbólicos. “En la vida cotidiana, se entiende que tanto hombres como mujeres deben mostrar al mundo las relaciones de Cristo y sus iglesias, en la cual éste la ama y ella lo sirve y obedece. Esta concepción hace que la violencia de género sea invisibilizada, naturalizada, no obstante, cuando la realidad sobrepasa esta misión es posible promover su ordenamiento”.
Otra de las panelistas, María Luisa Serrano Camejo, practicante de la regla Ocha, abordó algunos aspectos de género por tradición y prohibiciones en la Ocha, ¿instancias del fundamentalismo?.
Luego de hacer un breve recorrido por las principales manifestaciones de esta práctica, la investigadora señaló que casi todas las denominaciones se caracterizaban por el protagonismo de los hombres. Lo que conllevó a que con el paso de los años, se establecieran limitaciones hacia las mujeres, impidiéndole ejercer algunas funciones como los oriaté y ofeseíta, así como dirigir o estar presente en determinadas ceremonias.
En el escenario religioso actual, concluyó, existe un grupo significativo de santeros que desafían las tradiciones patriarcales y las estructuras de dominación. Debemos continuar el trabajo para generar nuevas formas de pensar que contribuyan a la participación de las mujeres en este contexto religioso.
La Articulación Interreligiosa “Manos con Amor”, de OAR, reúne a hermanas y hermanos de diferentes religiones y espiritualidades que comparten saberes y aprendizajes, con una apuesta por el diálogo interreligioso que pretende reflexionar sobre diversas concepciones y temas como religión, género y fundamentalismo religioso, entre otros tópicos.
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