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La pandemia del coronavirus ha provocado pérdidas económicas, sociales, y hasta de la propia vida de muchas personas, al enfrentar una enfermedad nueva, de alto poder de contagio y cuya medida principal para la prevención, es el aislamiento, acompañado de medidas higiénico sanitarias, lo que ha provocado un vuelco en el estilo de vida de las poblaciones, al cambiar sus rutinas con el objetivo de no enfermar.
Este nuevo contexto que lleva a las personas a buscar refugio dentro de sus hogares, no se cumple con las mujeres que se encuentran en situaciones de violencia de género, ya que, al estar más tiempo junto a sus agresores, agudiza la potencialidad de ser violentadas, de que se produzcan más conflictos en la cotidianeidad, de la vida doméstica y que, al no tener los espacios rutinarios de escape, como el trabajo, acompañar a los hijos a clases conlleva a que aumenta el tiempo de exposición y la impunidad del agresor.
Así, estas mujeres además de las pérdidas que sufre la población en general por esta pandemia, con las rupturas de sus rutinas, de sus planes y proyectos, de alejamiento de amigos y familiares, de agudizarse situaciones económicas, que hacen la vida doméstica menos llevadera, del fallecimiento de familiares y amigos, también tienen pérdidas por la angustia e incertidumbre de lo que puede hacer el agresor, en la mayoría de los casos su pareja o expareja, a ella y a sus hijos(as), lo que se acrecienta en las siguientes situaciones:
- Las mujeres que no tienen redes de apoyo con condiciones para poder trasladarse a otro lugar.
- Las mujeres que el agresor las intimida para no efectuar un posible traslado a casa de otro familiar o amigos buscando protección.
- Las mujeres que sus agresores no las dejan entrar en sus hogares y no tiene un lugar seguro para afrontar estos tiempos de pandemia.
Así, la violencia de género (VG) se convierte en una forma de duelo, con independencia de su forma de manifestación (psicológica, física, sexual, económica, entre otras), pues las mujeres sufren pérdidas de todo tipo, desde mutilaciones físicas, psicológicas, de independencia, su autoestima, hasta el peligro de sus vidas y la de sus hijos e hijas.
Entonces, ¿Qué es un duelo?
Se origina en dos raíces latinas; una es dolus (dolor) y la otra duellum (desafío). Es un proceso psíquico que se produce tras la pérdida de algo valioso para el sujeto y que puede referirse a la salud, la imagen del cuerpo, los proyectos y los vínculos. Es importante tener en cuenta que una persona puede vivir varios duelos, por lo que hay que tener en cuenta su historia, donde existen investigaciones que las mujeres en situaciones de VG, muchas de ellas tienen el antecedente de haber sufrido violencia familiar, abuso sexual, entre otros
¿En qué situaciones es aplicable el proceso del duelo¨?
El duelo tiene que ver con pérdidas, con cambios, con finales, con terminaciones.
Y las situaciones vitales que implican el final de algo, abundan a lo largo de nuestra vida:
-Duelos evolutivos: infancia, pubertad, adolescencia, emancipación.
-Duelos afectivos: partos, destete, escolarización, enamoramientos, separaciones y divorcios.
-Duelos sociales: cambios de status, desempleo, jubilación, envejecimiento, menopausia, enfermedades, muertes….
Por lo que las mujeres que han estado y están de forma sistemática sometidas a diferentes tipos de violencia, han vivenciado diferentes duelos sociales, y afectivos en especial.
Es importante para ayudar al control de las emociones y que puedan defender sus derechos, que conozcan, que los duelos presentan varias etapas, que no termina una para empezar la otra, pues pueden vivirse más de una a la vez, y que, en el caso de vivenciar duelos sistemáticos, a veces se está pasando una etapa de uno y se comienza con otro, por lo que las manifestaciones emocionales pueden agudizarse.
Hay muchas clasificaciones acerca de las etapas del duelo, pero esta que se presenta es muy clara de entender:
- Negación: Hay muchos cuestionamientos como lo siguientes: ¿Por qué me tiene que ocurrir esto a mí?, ¿Qué habré hecho para merecer esta situación?, estas interrogantes pueden vincularse a los sentimientos de culpa.
- Ira y/o depresión: Fase donde se vivencian muchos estados emocionales, que pueden ir desde la ira, depresión, angustia, acompañado de trastornos del sueño, entre otros.
- Aceptación (se acepta la situación que se está viviendo y se gana en claridad de las causas y las posibles salidas o no a las mismas)
A su vez, las respuestas emocionales más frecuentes en los duelos son:
- Enojo
- Ataques de pánico y angustia
- Sensación de embotamiento
- Cólera e irritabilidad
- Sensación de culpa
- Ansiedad
- Tristeza
- Sentimiento de pérdida
- Disminución de la capacidad de realizar tareas usuales
¿En el caso de las mujeres en situaciones de VG, con duelos sucesivos a lo largo de su vida, hay que preguntarse en cada una de ellas, porque es el duelo?:
- Por el cuerpo
- Por las pérdidas
- Por lo social
- Por el vínculo laboral
- Por el disfrute de la sexualidad
Hay diferentes estilos de afrontamiento ante los duelos:
- Centrados en el problema (se trata de encontrar soluciones para enfrentar los conflictos, las pérdidas).
- Centrados en la emoción (muy centrado en lo que se siente, “pobre de mí”, “porque siempre me ocurren estas cosas”, “la fatalidad me ronda”.
Cómo se puede apreciar, las orientaciones deben estar dirigidas a lograr que estas mujeres logren encontrar estilos de afrontamiento centrados en sus problemas, para buscar estrategias en la búsqueda de alternativas de soluciones.
Algunas estrategias para el manejo de los duelos:
- Entenderlo
- Ver la percepción personal por lo que están viviendo el dolor del duelo, que muchas veces es reforzado por la percepción de los otros «Pobrecita, que desgracia», y aceptar que se puede estar trise, irritada, etc.
- Reconstruir la filosofía del duelo «no culpar, no evadir»
- Educar, para afrontar los inevitables duelos de la vida.
- Reconocer la alta vulnerabilidad ante los duelos.
- En la fase de negación y angustia se pueden presentar muchas quejas de las mujeres, las que se deben aprender a reconocer.
- Tener en cuenta los estilos de afrontamiento (centrados en el problema o en la emoción)
Reflexiones:
- El duelo no es un problema de salud, al ser un proceso normal relacionado con las diferentes pérdidas que se viven, pero al producir malestar y síntomas hay que prestarle atención, en especial en los grupos vulnerables, que viven duelos sistemáticos y que en muchas ocasiones no tienen un tiempo suficiente para elaborarlo.
- No hay un tiempo determinado para la elaboración de un duelo, pues este depende de muchos elementos como: la importancia que tenga para la persona, el momento de la vida que se encuentre (no es lo mismo un conflicto matrimonial en la juventud, que en la mediana y la tercera edad de la vida) y la confluencia con otras pérdidas, entre otros.