Dra. Ivon Ernand Thames
Centro Oscar Arnulfo Romero.
La motivación es un proceso que inicia, guía y mantiene las conductas orientadas a lograr un objetivo o a satisfacer una necesidad. Es la fuerza que nos hace actuar y nos permite seguir adelante incluso en las situaciones difíciles.
Proceso activo, interno, depende de una misma, por lo que independientemente de la situación que nos rodea, somos las que podemos crearnos estímulos y satisfacciones para vivir. Es una fuerza motriz que estimula y genera motivos para vivir con bienestar.
Surge de las necesidades e impulsa a las personas a realizar actividades para satisfacerlas.
Las motivaciones de las mujeres en situaciones de violencia, generalmente se encuentran muy deterioradas y empobrecidas por las vivencias de control, aislamiento, laceramiento de la autoestima y sentimientos de subordinación que establecen hacia la persona que las violenta, poniendo sus motivos y metas en función de los otros. En el actual contexto de la pandemia, estas situaciones se recrudecen por la necesidad de la permanencia en la vivienda que pueden llevar a la agudización de conflictos y la limitación de las mujeres para acceder a las opciones de ayuda.
Por tanto, debemos reajustar nuestras motivaciones, modificádolas o posponiéndolas, proponiéndonos otras nuevas, pero siempre creándolas cada día, porque las motivaciones son imprescindibles para la vida.
No basta tener motivaciones, hay que trabajar para lograrlas a través de las metas, que deben ser:
- Acordes con el momento y las posibilidades reales
- Que dependan de una misma.
- Cumplibles, cortas, concretas, que se conviertan en estímulos para metas próximas más ambiciosas.
Deben tenerse en cuenta las motivaciones de los demás, que pueden no coincidir con las nuestras, por lo que es importante respetarlas, sin dejar de defender las que nos hemos creado.
Pueden existir motivaciones similares pero diferentes formas de lograrlas, lo que en ocasiones puede conciliarse y en otras no, sin que esto signifique que debamos cambiarlas.
La ausencia o pobreza de motivaciones es un factor facilitador de estrés y de vulnerabilidad para las conductas violentas.
En estos tiempos difíciles, más que nunca, debemos crearnos la mayor cantidad de motivaciones posibles y proponernos metas para lograr satisfacer necesidades que van desde las elementales de la vida cotidiana, hasta las motivaciones sociales superiores como los logros, los afectos y el reconocimiento.
Resumen
Las motivaciones son la fuerza que nos hace actuar, surgen de las necesidades e impulsa a las personas a realizar actividades para satisfacerlas.
Son un proceso interno, lo que nos permiten valorar y afrontar las situaciones de una manera positiva y conveniente. Dependen de una misma y no de las circunstancias que nos rodean, por eso, deben adaptarse a cada momento.
En las mujeres en situaciones de violencia, generalmente se encuentran muy deterioradas por las vivencias de control, aislamiento, laceramiento de la autoestima y sentimientos de subordinación a que están sometidas, poniendo sus motivos y metas en función de los otros. En el actual contexto de la pandemia, estas situaciones se recrudecen por la necesidad de la permanencia en la vivienda que pueden llevar a la agudización de conflictos y la limitación de las mujeres para acceder a las opciones de ayuda.
Nuestras motivaciones se pueden modificar, posponer o crear otras nuevas, pero siempre proponérselas, porque las motivaciones son imprescindibles para la vida.
No basta tener motivaciones, hay que trabajar para lograrlas a través de las metas, que deben ser:
- Acordes con el momento y las posibilidades reales
- Que dependan de una misma.
- Cumplibles, cortas, concretas, que se conviertan en estímulos para metas próximas más ambiciosas.
La ausencia o pobreza de motivaciones es un factor facilitador de estrés y de vulnerabilidad para las conductas violentas.
En estos tiempos difíciles, más que nunca, debemos crearnos la mayor cantidad de motivaciones posibles y proponernos metas para lograr satisfacer necesidades que van desde las elementales de la vida cotidiana, hasta las motivaciones sociales superiores como los logros, los afectos y el reconocimiento.